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lunes, 3 de agosto de 2015

Aprendiendo de los maestros: Juan Gris

Sobre Juan Gris. 2015. Lápiz y acuarela sobre papel. 30 x 24 cm
A partir de la obra de Juan Gris, he realizado este dibujo en el cual he modificado y simplificado un poco el original.

Me interesa la manera de crear ritmos visuales en la imagen a partir de la observación de la realidad. Y en eso, los cubistas fueron unos pioneros.

domingo, 26 de julio de 2015

Ritmos V

Ritmos V (Raquel). 2015. Tinta china, aguada, polvo de grafito y lápiz sobre papel Piedra. 61 x 120 cm
Encuentro ritmos en gran diversidad de motivos de la realidad, y sobretodo de la naturaleza. En este dibujo, los variadísimos ritmos que se generan son las alternancias de líneas blancas, grises y oscuras. Y me gustó situarlos en un punto central sobre un formato apaisado, cinematográfico.

El soporte es el papel Piedra, que tiene una capa de carbonato cálcico, cosa que le da un aspecto muy mate y liso. Por contra, no tiene mucho cuerpo. Inicié el dibujo con una aguada muy sutil de tinta china en base a proyección fotográfica. Eso me permitió obtener un "mapa" de manchas impreciso pero orientador para construir la imagen.

Seguidamente, hice algunas manchas con tinta y aguada para enfatizar grises oscuros. Una vez seco, con un trapo y polvo de grafito, hice una capa de gris medio. Con una goma moldeable, fui construyendo las luces, eliminando parte del grafito. Finalmente, potencié algunas zonas oscuras con lápiz 2B.

domingo, 21 de junio de 2015

Ritmos II

Ritmos II. 2015. Pigmentos, tinta y óleo sobre madera. 102,5 x 169 cm

Ritmos en blanco y negro. 2015. Tinta sobre papel Piedra.
Me gusta plantear mis imágenes más allá de la representación fiel o realista de la realidad que observo. En este caso, a partir de unos ajos, descubro los ritmos visuales que dinamizan mi mirada. Y es el carácter abstracto de esos ritmos lo que hace interesante la imagen en sí misma. 

Según la técnica y el soporte que utilizo, los ritmos adquieren naturalezas diferentes. En el dibujo, y debido a las propiedades del papel y de la tinta, tan sólo podía añadir. De manera que tenía que graduar muy bien la intensidad luminosa de cada línea y de cada mancha. En la pintura, en cambio, las posibilidades son mayores al poder añadir pero también quitar materia.

Finalmente, la composición también marca la fuerza de la imagen. Hice primero el dibujo y experimenté con el fondo dividido en dos bandas. Después hice la pintura y decidí simplificar y centrar toda la intensidad en los elementos representados. El resultado me gusta mucho porque destacan con naturalidad justamente los ritmos de manchas claras sobre el fondo oscuro.